Viajar a La Habana es ideal para nuestras vidas en busca de alegría y música, para conocer gente nueva y vibrante, degustar la coctelería y gastronomía emergentes, y reencontrarnos con nuestros antepasados, cuyas huellas relucen por todas partes.
Introducción a La Habana

La Habana real, contrastante y mágica nos espera con ansias, mientras ronda los 500 años de existencia. Es un destino de viaje que mezcla sin recato lo antiguo y lo moderno, lo humilde y lo suntuoso, desde el mar hasta la campiña. La urbe amurallada que alguna vez provocara la codicia de imperios y filibusteros, ahora es “Ciudad Maravilla”, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Ubicada en la costa norte occidental de Cuba, alrededor de una magnífica bahía de bolsa, la otrora villa colonial de San Cristóbal de La Habana ha crecido en todas las direcciones y sobrepasa ya los tres millones de habitantes. Como centro de la vida política, económica y cultural de Cuba, ha transitado por varias etapas, mestizajes y regímenes que han dejado su impronta en la arquitectura de barrios e instituciones, en sus calles, plazas y, lo más importante, en la identidad de la gente.
Con un clima cálido y benevolente la mayor parte del año, La Habana y sus moradores nos invitan a conocerlos, a entrar en sus casas y experimentar los negocios privados en pleno ascenso, a caminar entre los edificios, a compartir fiestas, playas, arte, historias, paseos, conciertos y vivencias, todo al alcance de la mano sin más preámbulo que nuestra presencia.
Principales zonas de interés turístico
Desde las Playas del Este hasta las del oeste, desde el litoral hasta los vastos campos cultivados de las provincias al sur, La Habana es interesante. Pero sobran los motivos para elegir algunos circuitos bien posicionados por su atractivo, infraestructura, historia, facilidades o singularidad, que cada año atraen a más de dos millones de visitantes extranjeros.
Habana Vieja

Es de los municipios más densamente poblados en la capital cubana y ostenta un sector que es orgullo del país, Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1982. Andar por el Centro Histórico de esa ciudad es como retroceder en el tiempo, entre fortalezas impresionantes e intactas, palacetes, iglesias, galerías de arte, calles estrechas y adoquinadas. Es fácil imaginarse a los soldados con sus casacas y mosquetes, y a las damas en sus vestidos, protegidas por delicadas sombrillas mientras paseaban sobre ruidosos carruajes tirados por caballos.
Es una invitación a divisar la ceiba del Templete, el sitio donde comenzó todo con la primera misa y el primer Cabildo en 1519, y reconocer los principales iconos que identifican a La Habana ante el mundo: La Giraldilla, el Morro, el Malecón, la Catedral, el Capitolio. También en su versión diminuta los podemos llevar a casa si visitamos una de las ferias de suvenires que allí abundan, junto a libros raros, piezas de artesanía y otros detalles de colección.
Apenas hay que atravesar el Paseo del Prado, siempre rumbo al mar, o adentrarnos desde la Avenida del Puerto, para ser testigos de una colosal obra de conservación de los valores coloniales que han persistido hasta nuestros días. Plazas, museos y fragmentos de la antigua muralla perimetral, cuentan la historia de cuatro siglos de dominación española sobre Cuba, que en términos relativos suman el 80 por ciento de la línea temporal civilizatoria asentada en los archivos de la nación antillana.
En sus predios se localizan hermosos y acogedores hoteles tematizados según la edificación que los acoge, y otros con la más elevada modernidad y lujo. Por supuesto, este populoso enclave está acostumbrado a la presencia constante de turistas y la consecuente búsqueda de ofertas novedosas y exóticas, quizás. Podemos encontrar desde la Casa de la Música de Galiano, una cerveza fría artesanal acompañada de mariscos en la rivera de la bahía, hasta estatuas vivientes, adivinadoras del futuro, exhibiciones de danza y teatro callejeros, listos para interactuar con el caminante.
Vedado
Es la superficie urbana medular del municipio Plaza de la Revolución, eje político y administrativo de esa isla. Precisamente, la mencionada Plaza acoge al Memorial José Martí con su mirador, destino imprescindible para los recorridos de ciudad. En su periferia están las sedes del Estado y el gobierno nacionales.
En esa extensa zona se localizan hoy los principales emplazamientos ministeriales, oficinas corporativas e instituciones más significativas de la sociedad, combinados con los centros educativos, culturales, recreativos y comunicativos más importantes: cines, teatros, clubes, discotecas, escuelas, bibliotecas, la Universidad, galerías, restaurantes, estudios de radio y televisión, centros de investigación social, entre otros.
Fue asentamiento favorito de la burguesía más tradicional de la época republicana, cuando alcanzó su máximo esplendor, reflejado en los comercios, las grandes casonas eclécticas con patios y jardines, amplios parques, las edificaciones más altas de La Habana, paseos ornamentados y célebres calles como Línea y 23.
La disposición cuadricular de sus manzanas no admite pérdida para los viajeros, pues las vías marcadas con números pares son perpendiculares al Malecón, hasta la altura de la Avenida Paseo, y posteriormente están señaladas con el abecedario. Las paralelas se identifican con cifras impares.
Con menor bullicio que la mayoría de los barrios habaneros y áreas verdes de consideración, desde inicios del siglo XX se han construido allí hoteles que se convirtieron en símbolos para la llamada industria sin humo. Entre ellos se destacan el Hotel Nacional, Riviera, Presidente, Habana Libre Tryp y Meliá Cohíba, estandarte de la inversión extranjera en la explosión turística de los años 90 del siglo pasado.
Miramar
Despidiéndonos del Vedado hacia el oeste, después de cruzar el túnel construido bajo la desembocadura del Río Almendares, accedemos al famoso y agraciado reparto Miramar. Realmente fue exclusivo durante el segundo cuarto del siglo XX, con manzanas que imitaban a Manhattan, playas artificiales y relucientes mansiones adonde se mudaban las familias más adineradas, en una especie de retiro costero con piscinas y patios ornamentados.
Marcado definitivamente por la Quinta Avenida, en Miramar proliferan los hospedajes y negocios particulares, clubes sociales y paladares, una Casa de la Música, dependencias de importantes empresas locales y extranjeras, grandes centros comerciales, la inmensa mayoría de las sedes diplomáticas radicadas en Cuba, edificios de alto valor arquitectónico y cultural como la Embajada de Rusia, la Iglesia de Jesús de Miramar, la residencia de la Condesa de Buenavista y el Teatro Karl Marx.
Siguiendo la línea de la tradición, por su cercanía a la costa con pequeñas playas que se extienden por varios kilómetros, allí se han construido hoteles exitosos como el Meliá Habana, Copacabana y Panorama, por mencionar algunos.
Playas del Este

Moviéndonos hacia el este por unos 20 minutos a lo largo de la costa, después de atravesar el túnel de la bahía, encontramos cerca de una decena de playas de belleza y calidad incontestables. El llamado “Circuito Azul” se extiende por 24 kilómetros que se interrumpen esporádicamente para delimitar secciones de costa con características e identidad propias. Sin discusión alguna, estas joyas de la naturaleza y el placer también hacen de La Habana un destino de sol y playa.
Tarará está reconocida entre los naturalistas por sus elevadas cualidades: ancha duna de arena blanca, fina y aguas transparentes, además de poseer una marina internacional. También encontramos Bacuranao, Mégano, La Veneciana, Brisas del Mar, Santa María del Mar y Guanabo, la más antigua y notoria de todas. Por su parte, Boca Ciega está reconocida popularmente como la playa gay de La Habana, con todo lo que eso conlleva.
Unas más cortas y otras mucho más extensas, conforman el balneario más activo y concurrido por los habitantes de la capital y los visitantes extranjeros, sobre todo en temporada de verano. Esto hace de La Habana un destino redondo, con todas las dosis necesarias para sanar el cuerpo y el espíritu.
Centro Habana

Como su nombre lo indica, este municipio está enclavado en el centro del casco urbano de la capital y, en su momento, constituyó el grueso de la expansión de La Habana de extramuros. Profusamente habitado, encierra como pocos las prácticas y tradiciones propias del proceso de transculturación que ha ocurrido en Cuba durante cinco siglos. La influencia española, china, árabe y sobre todo africana, alcanzan su máxima expresión con el folklore, fiestas y rituales religiosos.
Eminentemente enfocado en la cultura, el comercio y los servicios, nos invita a pasear por el Bulevar de San Rafael, el Callejón de Hamel y el Barrio Chino, donde aún quedan algunos descendientes de aquellos primeros inmigrantes. Aquí también podemos degustar los exquisitos platos de la cocina asiática, la criolla y adentrarnos en un solar (edificio horizontal y multifamiliar) para ser invitados a un bembé, fiesta de las religiones yoruba, o una rumba bien ambientada para excitar el cuerpo y el alma.
¿Qué lugares debe visitar en La Habana?
Entre muchas tentaciones a la curiosidad, algunos lugares merecen una atención especial, una visita más reposada y vigilante a la susceptibilidad de nuestra vista e intelecto. Para apreciarlos en toda su magnitud, podríamos dejarnos llevar por los mapas y guías turísticas, o investigar por nuestra cuenta las sugerencias que el instinto seleccione.
Centro Histórico de La Habana Vieja

Muchas son las variantes para adentrarnos en el sector patrimonial por excelencia de la parte más antigua de la ciudad, pero hay ciertos referentes que son inviolables. Por ejemplo, desde cualquier punto de La Habana Vieja podemos divisar las fortalezas militares y llegar hasta ellas sin mayor complicación. Algo similar sucede con las iglesias, repartidas por toda el área como elemento recurrente y familiar, que alguna vez fueron epicentro de la sociedad capitalina.
Pero a nuestro juicio, las plazas son las mejores aliadas para explorar y desentrañar los misterios coloniales, como núcleos del desarrollo político, económico y constructivo de la Villa de San Cristóbal. Si ya tenemos zapatos cómodos, sombrero y la botella de agua en ristre, entonces estamos listos para emprender nuestro largo recorrido desde la Plaza de Armas, pasando por la Plaza de San Francisco de Asís, la Plaza Vieja, la Plaza de la Catedral y la Plaza del Cristo. Escuchemos y observemos atentamente lo que la añeja villa nos desea mostrar.
Parque Histórico Militar Morro-Cabaña

El Castillo de los Tres Reyes del Morro y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña son dos baluartes defensivos de la ciudad colonial, ubicados a muy poca distancia entre sí. Emplazados sobre una colina a la entrada del Puerto de La Habana, demuestran el poderío militar español de antaño y la importancia que otorgaban a la villa antillana.
El Morro y su faro de 45 metros de altura conforman la imagen más emblemática de La Habana y constituyó el último reducto ante las fuerzas invasoras inglesas de 1762. Sobre este acápite hay abundante información en sus salas expositivas. Fue construido en 1630 sobre piedra de arrecife, como un polígono irregular preponderante en el paisaje. Horario: 10:00 am – 10:00 pm. Precio: 6.00 CUC y 2.00 CUC adicionales para una visita guiada.
La Cabaña, por su parte, quedó terminada en 1774 y nunca fue puesta a prueba por enemigo alguno. Es la mayor instalación militar española en América, con altas murallas, grandes patios, baluartes, fosos, revellines, cuarteles y almacenes, muy moderna para su época. Horario: 8:00 am – 11:00 pm. Precio: 6:00 CUC hasta las 6:00 pm. Para la Ceremonia del Cañonazo: 8.00 CUC.
Para llegar hasta ellas desde el centro de la ciudad, hay que cruzar el túnel bajo la bahía. Hoy, ambas funcionan como museos y sedes de eventos culturales como la Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebra en el mes de febrero.
Capitolio Nacional

En pleno proceso de restauración, el Capitolio de La Habana reabrió varias secciones al público desde el año 2018. Sede del Parlamento y orgullo de la nación, exhibe su majestuosa figura desde 1929 en el tramo sur del Paseo del Prado.
Esta joya arquitectónica predominantemente ecléctica impresiona desde lejos por su cúpula de casi 92 metros de altura, su escalinata y las grandes estatuas que la guardan. Hacia el interior, resaltan las decoraciones, bóvedas de cañón, esculturas, columnas y la espléndida Estatua de la República. Esta ha sido considerada como la tercera más alta de cuantas hay bajo techo en el mundo, con más de 14 metros y 30 toneladas de peso. En condiciones habituales, podemos visitarlo diariamente entre las nueve de la mañana y las ocho de la noche, en recorridos libres o con guía, en grupos de 15 personas. Horario: De martes a sábado, en ambas sesiones, y los domingos, sólo en horario matutino. Precio: 3.00 CUC, más 1.00 CUC adicional para recorridos guiados.
Malecón

Es el sitio ideal para hacer ejercicios al aire libre, conversar, descansar sobre el muro de concreto desnudo, aclarar la mente o enamorarse mirando las olas. Este paseo marítimo de ocho kilómetros de extensión, recorre el litoral habanero desde el Castillo de San Salvador de la Punta, en La Habana Vieja, hasta el Torreón de la Chorrera, en el Vedado.
Es uno de los lugares preferidos por los habaneros, quienes acuden a él en busca de diversión o sosiego. Hay espacio para todos. Mientras lo recorremos mirando hacia la ciudad, fácilmente asistimos a una clase de arquitectura, arte o historia. Desde esa perspectiva se materializa la idea de considerar a La Habana como una urbe ecléctica, entre tantos estilos constructivos y diversos monumentos.
Cementerio de Colón

Ha sido denominado como una galería de arte funerario bajo el cielo del Caribe y fue declarado Monumento Nacional en 1987. Este camposanto localizado en la intersección de las calles Zapata y 12, en el Vedado, fue creado en 1871 y sus 57 hectáreas lo convierten en uno de los más extensos de América. Su colección de esculturas, cúpulas, arcos, vitrales y magníficos mausoleos, impresionan al visitante en medio de un ambiente solemne, rodeado de 56 mil tumbas.
En su disposición de ciudadela con calles y sectores, la necrópolis exhibe una gran variedad de estilos y opciones, desde la humilde fosa hasta panteones dignos de la realeza. Baste con observar el Panteón de los Prelados, el Panteón de la familia Falla-Bonet o la tumba de José Raúl Capablanca. Horario: 8:00 am – 5:00 pm. El recorrido es gratis si la visita es libre. Para contratar guía especializado se paga 5:00 CUC a la entrada. El servicio de guía está incluido, pero sujeto a disponibilidad.
¿Qué experiencias no se puede perder en La Habana?
Para la mayoría, la clave de un viaje exitoso es la experiencia, y hay ciertas opciones que la favorecen de maneras insospechadas. Apreciar La Habana desde un punto elevado, arriesgarse a montar en transporte público, participar en una celebración de barrio, desfilar junto a los habaneros hasta la Plaza de la Revolución un 1ro de mayo, y admirar el paisaje humano en una playa repleta de bañistas durante el verano pueden ser sensaciones desafiantes, pero difícilmente estarán a la altura de nuestras sugerencias.
Paseo en coche clásico por La Habana

La Habana también brinda una posibilidad inigualable, un paseo en coches clásicos americanos de la primera mitad del siglo pasado. A estas alturas, ni siquiera en los propios Estados Unidos esto se hace posible con facilidad. Podemos ser protagonistas de viejas películas de Hollywood, con el glamour correspondiente, mientras el viento nos despeina a bordo de un descapotable. Es que en la ciudad abundan estas joyas de museo, y algunas parecen recién salidas de la fábrica.
Relucientes coches Chevrolet, Ford, Oldsmobile, Buick, Pontiac, Mercury, Dodge, Plymouth, Studebaker, Willy Jeep y de muchas otras marcas, nos esperan para recorrer la capital antigua y la moderna por un precio que oscila entre 20.00 y 40.00 CUC. Consulte a su representante de la agencia de viajes, en el buró de turismo, a través de su anfitrión o intercéptelos en la calle para dar el paseo de su vida.
Ceremonia del Cañonazo de las Nueve

Todas las noches, a las 9:00 en punto, desde la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña se dispara una salva de cañón para rememorar una larga tradición militar e informativa de la era colonial. Con ese acto se anunciaba el cierre de las puertas de la muralla que defendía a la ciudad de invasores y extraños.
La teatralización recurrente del cañonazo a través de una ceremonia vistosa y realista, se ha convertido en espectáculo atractivo para nacionales y extranjeros de forma ininterrumpida desde 1945. Por supuesto, y a pesar de algunas irregularidades, comenzó a sonar desde el propio surgimiento de La Cabaña en 1774.
Jóvenes reclutas se disfrazan de soldados de la época de Carlos III y marchan a tambor redoblante desde el cuartel hasta el cañón llamado Capitolino. La multitud se abre en dos filas alrededor del trayecto, mientras anuncian el proceso con voz rítmica, sin tener tiempo aún para extasiarse con la vista de la ciudad iluminada sobre el mar.
La intermitencia de los destellos de cámaras y teléfonos móviles parece interminable. El silencio sepulcral de los instantes previos a la explosión ensordecedora es emocionante, incorporando una tensión pasajera que valida el contrato tácito de solemnidad consensuada, para aliviarlo todo con sinceros y demorados aplausos. Es hora de que La Habana ajuste sus relojes. Conviene llegar temprano para ocupar los mejores lugares en la explanada. Precio: 8:00 CUC.
Callejón de Hamel

En un entorno místico, matizado por motivos artísticos y ceremoniales de las religiones afrocubanas, el Callejón de Hamel ofrece cromatismo extremo y abarrotamiento de imágenes espontáneas a lo largo de sus escasos 200 metros cerrados al tráfico. También se mezclan pensamientos y pasajes de la literatura cubana y universal, expresiones de la cultura de masas y la postmodernidad.
Como escenografía teatral y galería de arte al aire libre, salió a la luz en los años 90 del siglo pasado como un proyecto comunitario ideado por el artista Salvador González Escalona, sin imaginar cuánto trascendería en el universo cultural. La fiebre comenzó con la decoración de la fachada de una casa vecinal y pronto se extendió a todo un barrio desfavorecido a causa de la necesidad económica y la desidia.
Entre murales, esculturas, grafitis e instalaciones a base de materiales en desuso, se reproducen santuarios y deidades yorubas. Allí sesionan talleres de pintura para niños, grupos de arte dramático y conferencias especializadas. También podemos obtener hierbas con poderes curativos, aprender sobre el mestizaje cultural y religioso de Cuba y bailar rumba los domingos al mediodía.
Dirección: Callejón de Hamel, entre Aramburu y Hospital, Cayo Hueso, Centro Habana.
Noche de Jazz

La música es una de las fortalezas atractivas e innegables de la cultura cubana y, como es de esperar, La Habana funciona como motor impulsor. Entre tantos géneros y estilos, el jazz tiene un lugar preponderante por su alcance internacional y aunque los clubes nocturnos de esta índole no sobran, son suficientes para pasarla bien eligiendo los mejores y combinándolos adecuadamente durante la estancia.
Probablemente, La Zorra y el Cuervo sea el más longevo y mejor posicionado entre todos. Con una larga data de presentaciones magistrales y descargas legendarias, este pequeño y céntrico sótano con una cabina telefónica inglesa como acceso, destila puro jazz con acento latino. Es ideal para ir en pareja o en grupos mínimos, y disfrutar de la alternancia entre músicos noveles y consagrados. Por allí ha transitado lo que más vale y brilla del jazz cubano. Horario: 10:00 pm – 1:00 am. Precio: 10.00 CUC, con derecho a consumir dos tragos. Dirección: avenida 23, entre N y O, Vedado, Plaza de la Revolución.
Por otra parte, está el Jazz Café, un club y restaurante con vista al mar que abre todos los días del año. Aunque funciona desde el mediodía en su vertiente gastronómica, en las noches descuellan los espectáculos en vivo de jazz y salsa en un ambiente súper agradable. Suele presentarse lo mejor del talento joven de Cuba en un amplio espectro, desde las corrientes más clásicas, hasta el latin jazz y las fusiones con la música tradicional. Precio: 10.00 CUC, que cubren la entrada, un plato y una bebida o, si lo prefiere, varios cócteles a la carta. Dirección: Tercer piso del centro comercial Galerías Paseo. Esquina de avenida Paseo y 3ra, Vedado, Plaza de la Revolución.
Sin embargo, el más reciente y pujante de todos es el Café Miramar. Combina los espectáculos de jazz con otros géneros, por lo que debemos confirmar el programa antes de ir. Calificado como un lugar fascinante por el decorado, el ambiente íntimo, la cercanía del público a los ejecutantes y los extensos niveles de improvisación, su escenario ha visto transitar a osados jóvenes, alternando con figuras como Bobby Carcassés, Ernán López-Nussa y César López.
Horario: Desde las 10:00 pm, excepto los domingos, que comienza a las 8:00 pm. Precio: 2.00 CUC, sólo entrada. Dirección: Quinta Avenida, esquina a calle 94, Miramar, Playa.
Recorrido guiado por La Habana Vieja

Podríamos andar La Habana antigua a nuestro libre albedrío, pero correríamos el riesgo de perdernos los detalles o la experiencia que estábamos necesitando, y sería imperdonable. Por eso sería bueno confiar en los especialistas, profesionales entrenados para sacar el máximo de interés a un recorrido que conocen como la palma de su mano.
Veremos muchas ofertas de particulares y agencias receptivas, como uno llamado “Mi Habana colonial”, por ejemplo, que promociona Cubatur y de todas maneras sería maravilloso porque el entorno lo es en sí mismo. Pero las opciones de la agencia San Cristóbal, dependencia de la Oficina del Historiador de la Ciudad, parecen más cercanas, profundas y autorizadas. De martes a domingo, con salida a las 9:00 am, tienen diseñado el recorrido “Arquitectura Intramuros y Trama Urbana”. Durante tres horas aproximadamente, se camina por el singular trazado urbano entre las edificaciones más representativas de distintos estilos arquitectónicos y se visita la Maqueta del Centro Histórico.
Igualmente, ofrecen otras rutas temáticas para nuestra satisfacción y curiosidad. “Antemural y llave del Nuevo Mundo”, es una que comprende el sistema de fortificaciones coloniales alrededor de la bahía, en el sector declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Tal vez preferiríamos “La Habana Vieja en Concierto”, una visita a emblemáticas salas de concierto ubicadas en edificaciones de alto valor artístico y patrimonial, o “Las barriadas del Santo Ángel por dentro”, para sumergirnos en un proyecto cultural comunitario que ha revitalizado un barrio vecinal abandonado hasta hace poco tiempo, a pesar de haber sido referente para escritores y artistas de otras épocas. El precio promedio para estas rutas oscila sobre los 60.00 CUC.
Hoteles y “casas particulares” ¿Dónde hospedarse en La Habana?
¿Cuáles son los mejores hoteles de La Habana?
La Habana cuenta con más de 10 mil habitaciones de hotel, repartidas en un centenar y medio de instalaciones pertenecientes a empresas estatales cubanas y, en algunos casos, con participación de capital y gestión extranjera. Entre una gran variedad de marcas y administraciones, todos están listos y dispuestos para acoger a los clientes, de acuerdo a sus intereses y presupuesto.
Para los gustos más exigentes, podemos encontrar desde lujosos y modernos enclaves como el Gran Hotel Manzana Kempinski, Iberostar Parque Central, Meliá Habana y Meliá Cohíba, hasta otros más históricos y tradicionalistas como el Hotel Nacional, Riviera, Habana Libre, Ambos Mundos y Saratoga, por mencionar algunos de los más conocidos. Nuestra propuesta, sin embargo, se enfoca en el equilibrio entre bolsillo y expectativas, en busca del disfrute más pleno posible.
Máximo confort: Iberostar Grand Packard
Este hotel cinco estrellas es la nueva sensación en La Habana, por su diseño, apariencia, sofisticación, elegancia y servicio exquisito del personal encargado, de acuerdo con los comentarios publicados en webs turísticas. Localizado en uno de los paseos más famosos de la capital cubana, en los límites de La Habana Vieja, ofrece 321 suites y habitaciones de lujo, tres restaurantes y tres bares, Cigar Lounge, gimnasio con clases dirigidas, concierge, carta de almohada, tratamientos de belleza y una gran piscina al aire libre.
Dirección: Prado # 51, entre Cárcel y Genios, Habana Vieja.
Buena relación valor por dinero: Mercure Sevilla
Considerado como uno de los clásicos en La Habana y también ubicado en los alrededores del Paseo del Prado, este hotel ostenta una extensa historia. Es evidente que no ha perdido su encanto. Podríamos alojarnos en el mismo lugar donde alguna vez estuvieron los célebres Enrico Caruso y Josephine Baker.
Con dulce elegancia, el Sevilla exhibe sus 178 habitaciones, un magnífico recibidor colonial con techo tallado, un concurrido patio con música tradicional en vivo, piscina al aire libre, centro de fitness, spa, sauna, servicio de masajes y una terraza en la azotea donde se presentan jóvenes talentos de la música lírica.
Dirección: Trocadero # 55, Habana Vieja.
Más económico y céntrico: Plaza
Igualmente, el Plaza está enclavado en un escenario envidiable y quizás sea esa su mayor virtud, aparejada a una larga presencia en la industria turística nacional. Lejos del brillo inaugural y de su etapa de casino, aún recuerda con orgullo a huéspedes como Albert Einstein, Ana Pávlova, Isadora Duncan y Babe Ruth.
Muy cerca del populoso Parque Central, otorga sobradas facilidades para los caminantes. La modestia actual no impide apreciar sus pisos de cerámica y el vestíbulo adornado con trabajos de escayola y yeso policromado.
Dirección: Ignacio Agramonte # 267, Habana Vieja.
¿Cuáles son las mejores casas particulares?
Más de mil hostales particulares funcionan actualmente en La Habana, con resultados sobresalientes en su mayoría. Poco a poco van dejando de ser opciones alternativas o complementarias, para convertirse en referentes primarios para el hospedaje en la ciudad. Cumplen un rol decisivo ante el crecimiento sostenido del número de visitantes internacionales, en una fase superior y diversa de la experiencia de alojamiento en Cuba.
Máximo confort: Hostal Madero
Ideal para todos los segmentos de mercado, sin distinción. Con apariencia colonial y modernos interiores, este hostal Bed&Breackfast representa la comodidad máxima en su especie. Renta seis habitaciones dobles con baño, televisor, climatizadas, elegantes y hermosamente decoradas, una en planta baja y cinco en el segundo nivel, con acceso independiente. Una de ellas clasifica como superior, con balcón privado y cama kingsize.
Desde una terraza común y un entorno tranquilo, todos los huéspedes tienen la posibilidad de disfrutar las maravillosas vistas de una parte de la bahía y del Centro Histórico. Ofrece agua fría y caliente todo el día, área de fumadores y se aceptan parejas gay. Precio: Desde 90.00 CUC. Dirección: Calle Santa Clara # 59 entre Oficios e Inquisidor, Habana Vieja.
Buena relación valor por dinero: Casa Havana 19 Project
Muy cerca de la bahía, de la Loma del Ángel y el Museo de la Revolución, los propietarios de este establecimiento privado ofrecen una casa de estilo colonial, dos habitaciones independientes con baño y capacidad máxima para tres huéspedes, climatización, una sala amueblada y balcón.
Por supuesto, también agua fría y caliente, nevera y caja de seguridad. No tienen ningún tipo de inconveniente con personas o parejas gay, y los fumadores pueden deleitarse al aire libre. Es ideal para pequeñas familias y parejas. Precio: Desde 80.00 CUC. Dirección: Calle Habana #19 (bajos) entre Peña Pobre y Avenida de las Misiones, Habana Vieja.
Más económica y céntrica: Casa Blue Colonial 67
Casa colonial construida en 1890, con cuatro habitaciones climatizadas, dos abajo y dos arriba con balcón, independientes, con baño privado y capacidad máxima para cuatro personas. Desde su localización se puede llegar con el menor esfuerzo al Bulevar de Obispo, al Museo de Bellas Artes, Museo de la Revolución, Bodeguita del Medio, Floridita y Capitolio.
Igualmente, ofrece agua fría y caliente todo el día, nevera, minibar, teléfono, caja fuerte, patio exterior y conexión Wi-Fi. Todos los servicios extra exigirán un pago adicional. Precio: Desde 30.00 CUC. Dirección: Calle Aguacate # 67 (bajos) entre Empedrado y Tejadillo, Habana Vieja.
Restaurantes y paladares ¿Dónde comer en La Habana?
Salir a comer en La Habana puede ser una aventura para los sentidos de la vista, el olfato y el gusto. Recientemente se declaró a la gastronomía criolla como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y donde mejor se puede comprobar este mérito es en los establecimientos de vanguardia. La forma de presentación, los conocimientos, sabores, técnicas y creatividad incesante en la cocina, justifican tal nominación y la toma de decisiones de muchas personas para viajar hacia ese destino.
Algunos restaurantes estatales mantienen su posicionamiento y vitalidad contra viento y marea, ante el empuje de las llamadas “paladares”, restaurantes privados con un servicio superior que compiten sin límites para la diversidad, la innovación y el reforzamiento de las tendencias internacionales, al tiempo que rescatan platos tradicionales y les aportan giros sorprendentes.
La Guarida
Fue creado en 1996, en un edificio multifamiliar y set principal para la filmación de la película cubana Fresa y Chocolate (1993), nominada a los Premios Oscar. Para un gran grupo de internautas es el mejor, más grande y mágico restaurante de La Habana. Po allí han pasado figuras relevantes a nivel mundial en su campo, especialmente del espectáculo. Han sido anfitriones, entre muchos otros, de Robert de Niro, UmaThurman, Rihanna, Heidi Klum, Bon Jovi, Steven Spielberg, Jack Nicholson, Fito Páez, Alain Ducasse, Naomi Campbell, Danny Glover, Beyoncé y Pedro Almodóvar.
Abanderados de la Nouvelle Cuisine, transforman recetas internacionales y locales en auténticos monumentos al paladar. Podemos elegir crepes de espinacas con salsa funghi y relleno de pollo, el ravioli de osobuco con salsa de tuétano y perfume de Pinot Grigio, o los raviolis con queso y salsa al pesto, entre otras más comunes.
A pesar de sus elevados precios, acordes con su fama, prestancia y servicio de excelencia, el establecimiento es muy concurrido, especialmente por visitantes extranjeros. Horario: Todos los días. 12:00 m – 3:00 pm y 7:00 pm – 12:00 am. Siempre conviene reservar con suficiente antelación.
Los Nardos
Ubicado frente al Capitolio, este es uno de los mejores candidatos para comer en toda La Habana por su equilibrio entre calidad, cantidad, servicio y precios. Una comida simple y estándar oscila entre los 7.00 CUC y los 12.00 CUC por persona, con platos estrella como el Camarón Habana, unos mariscos salteados en aceite de oliva, champiñones, pimientos rojos y verdes, pimienta, cebollitas y aceitunas.
También resaltan el tamal en cazuela, los garbanzos fritos a la cubana, fricasé de conejo, boliche de res, filete de pescado canciller y pulpo al ajillo, que muchos acompañan con una sangría española, y quizás un delicioso cheese cake para el postre.
No tiene sistema de reservas por lo que se hace fila en la planta baja, en orden de llegada, y a veces la elevada demanda nos puede hacer esperar. Pero vale la pena este bodegón romántico, decorado con velas, faroles, peces y muebles de madera, cortejados por la música instrumental en vivo y abocados a la atención personalizada. Pertenece a la Sociedad Juventud Asturiana, al igual que sus homólogos y vecinos El Asturianito y El Trofeo, por lo que toda la comida española tiene su espacio allí.
Horario: Todos los días. 12:00 m – 12:00 am. Dirección: Paseo del Prado # 563 entre Dragones y Teniente Rey, Habana Vieja.
Paladar Atelier
Ya eran respetados, pero después que almorzó allí la familia del entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, su reputación se disparó. Ese refinado taller gourmet ubicado en una antigua casona del Vedado capitalino, muy cerca del Malecón, posee una terraza envidiable. Podemos tomar el fresco mientras degustamos un fogoso caldo de mariscos, un mar y tierra, conejo al vino, pato confitado o el lomito de res con camarones.
Desarrollan una cocina de autor, de la mano de un prestigioso chef con experiencia internacional. Pero la digestión se hace aún más agradable con el ambiente familiar, la decoración ecléctica de un techo enchapado en madera preciosas, candelabros, copas de bacará, piezas de cristal de bohemia, muebles coloniales y platos de porcelana europea.
El promedio estándar de precios está entre los 22.00 CUC y los 28.00 CUC. Horario: 12:00 m – 12:00 am. Dirección: Calle 5ta, # 511 altos, entre Paseo y 2, Vedado, Plaza de la Restaurante.
El Aljibe
Este restaurante sencillo, de empleados afables sin sofisticación aparente, busca lo gourmet en la comida casera de los campos cubanos, a pesar de su localización en plena barriada de Miramar. Durante casi 30 años ha embelesado a clientes de todos los rangos y procedencias, con el hermético secreto de una receta familiar que hace del pollo común y corriente un manjar de dioses olímpicos.
Allí percibimos varios de los auténticos sabores cubanos en el cerdo, en el arroz con frijoles. El precio promedio oscila entre los 20.00 CUC y los 25.00 CUC, con entrante, pollo asado al Aljibe, guarnición de arroz blanco, frijoles negros, ensalada de vegetales, vianda hervida o frita, postre, café y un líquido.
Horario: Todos los días. 12:00 m – 12:00 am. Dirección: Calle 7ma, esquina a 22, Miramar, Playa.
Paladar O’Reilly 304
Hace un par de años, algunos críticos lo consideraban como un establecimiento que marcaba tendencias en La Habana por su estilo único, atrevido, imaginativo y transgresor de barreras tradicionales. Hoy sigue siendo el mismo, con algo más de entrenamiento y experiencia.
Tienen preferencia por la elaboración de pastas, empanadas y tacos, con sabores transformados a gusto del cliente. Especialmente, utilizan mariscos como jaibas, calamares, salsas, vegetales y especias, con servicio de bufet y comida para llevar. Pero con muchísimo gusto nos preparan una fidevá vegetariana, ceviche peruano, blody mary samura, crema de calabaza, frituras de malanga, camarón chino, filet mignon, langosta grillé o tarta napoleón, en alucinantes presentaciones. Y la barra ya sería otro desafío.
El costo aproximado por persona está entre 8.00 CUC y 14.00 CUC. Horario: Todos los días. 12:00 m – 12:00 am. Dirección: Calle O’Reilly # 304 entre Habana y Aguiar, Habana Vieja.
Bares y vida nocturna
Aunque no se podría comparar con otras grandes urbes del mundo, La Habana vigente es una ciudad activa, alegre, con abundantes opciones nocturnas. Para salir de copas hasta la madrugada, comer, bailar, enamorarse, compartir con los amigos o simplemente divertirnos, sólo hay que estar dispuestos y bien informados.
Además de los sitios que ya existían, glamorosos cabarets al estilo de los años 50 del siglo pasado y casas de la música repletas de salsa y timba, han resurgido los bares con la inversión privada y a su vez han ocupado el terreno de las discotecas, que ahora quedan para los jovencitos. Esta modalidad y sus precios, también funcionan como depuradores de los segmentos de clientes que nos toparemos. De acuerdo con algunos criterios y en diversos sentidos, la compañía suele ser más selecta.
La Bodeguita del Medio
Uno de los bares y restaurantes más famosos de Cuba, y extendido como franquicia por el mundo, ofrece deliciosa comida criolla, rones, cervezas y cócteles tan preciados como el Mojito, en el justo lugar donde nació. Después del cerdo asado y los mejores frijoles dormidos del universo, hacemos la fiesta a expensas de la barra y la contagiosa música tradicional en vivo.
Mientras disfrutamos de lo lindo, imaginamos a los grandes y notorios personajes que han pasado antes por allí: Agustín Lara, Gabriela Mistral, Salvador Allende, Pablo Neruda, Diego Armando Maradona, Errol Flynn y Ernest Hemingway, entre muchísimos otros, dejando fotos, recuerdos y su firma en la pared. Precio: De 15.00 CUC a 21.00 CUC en la comida; pero en cuanto a los tragos, a veces no se tiene límites. Los Mojitos son caros y adictivos, dicen. Horario: Todos los días. 12:00 m – 12:00 am. Dirección: Empedrado # 207 entre Cuba y San Ignacio, Habana Vieja.
Fábrica de Arte Cubano
Concebida como un gran proyecto de creación para el arte contemporáneo cubano, el apoyo y promoción para los jóvenes artistas, La Fábrica se ha convertido en un centro cultural multipropósito y extremadamente concurrido. Allí se conjugan y alternan el cine, el teatro, la música, la danza, las artes plásticas, la fotografía, el diseño gráfico, la arquitectura y la moda.
Una antigua fábrica de aceite legó una gran chimenea como símbolo de la era industrial y suficientes naves en desuso, vacías, para que el arte se expresara. Al unísono, pueden funcionar conciertos, desfiles de modas y exposiciones de pintura, sin interrumpirse unos a otros. Hacia allí confluye la juventud los fines de semana, especialmente para los conciertos en vivo y las fiestas hasta la madrugada.
Al entrar nos dan una imitación de la celebérrima “Libreta de abastecimientos”, que utilizan los cubanos para los víveres normados y subvencionados, donde nos anotan el consumo durante la velada. Al final, abonamos el importe total de nuestros gastos y ese documento no se debe perder, porque nos cobran 30.00 CUC. Precio: 2.00 CUC, sólo entrada. Horario: De jueves a domingo. 8:00 pm – 3:00 am. Dirección: Calle 26, esquina a 11, Vedado, Plaza de la Revolución.
El Chanchullero
Tomar unos cócteles en la terraza del Chanchullero, uno de los lugares bohemios, novedosos y pujantes de la iniciativa privada, puede marcar la diferencia sobre nuestra percepción de La Habana. Es ideal para disfrutar entre amigos, tapas y bromas, escuchando buena música con la informalidad y la relajación que estábamos necesitando. Para los clientes, exhibe una gran variedad de ofertas y buen balance entre calidad y precio.
Horario: Todos los días. 1:00 pm – 12:00 am. Precio: 7.00 CUC como promedio. Dirección: Teniente Rey # 457A (bajos) entre Bernaza y El Cristo (Plaza del Cristo), Habana Vieja.
El Floridita
Entre los bares más famosos del mundo, según una vieja publicación especializada, El Floridita parece destino obligado para los catadores y trasnochadores extranjeros en La Habana. Al menos una vez, al menos por un momento, deberíamos llegar allí para conocer el sitio preferido de Ernest Hemingway y tirarnos una foto con su figura hecha de bronce. Después de pasar por La Bodeguita del Medio y tomar su Mojito, llegaba allí para hacer la tarde entre Daiquirís que él mismo modificaba asiduamente, hasta imponerles su apodo, “Papa”.
Tampoco falta la música tradicional en vivo para El Floridita, entre comensales orgullosos de estar en un lugar emblemático, ambientado al estilo de los años 50 del siglo XX, sinónimo de Cuba, diversión y sabor. Aunque un Daiquirí clásico nos cuesta 6.00 CUC, vale la pena tomarlo en su lugar de origen, donde adquiere otra dimensión.
Horario: Todos los días. 12:00 m – 12:00 am. Precio: 30.00 CUC, estimado por la comida. Dirección: Obispo # 557, esquina a Monserrate, Habana Vieja.
Café Madrigal
Sus clientes asiduos lo califican como un “auténtico bar de tapas” al estilo cubano. La decoración pop art, el ambiente a media luz y la agradable música, le hacen parecer ideal para una cita romántica o para cerrar un negocio. El lugar también funciona como galería alternativa de arte.
Por supuesto, las buenas copas no pueden faltar, por lo que tienen una amplia disponibilidad de bebidas nacionales y foráneas. Una copa de vino cuesta 3.00 CUC y la botella 16.00 CUC. Los cócteles, en cambio, están valorados entre 2.50 CUC y 3.00 CUC. Horario: De martes a jueves, y el domingo, 6:00 pm – 12:00 am. De viernes a sábado, 6:00 pm – 4:00 am. Dirección: Calle 17 # 809 (altos), entre 2 y 4, Vedado, Plaza de la Revolución.
¿Por qué visitar La Habana?

La Habana y su gente persisten y se reinventan todos los días, mientras luchan por mantener una mística que arrastran desde la fundación misma. A veces resulta inexplicable por qué ese amor y apego que le profesan millones de personas, y el por qué resulta difícil desprendernos de sus imágenes, para que nuestra mente pueda continuar su camino al otro lado del océano.
Nadie aporta una verdad sencilla y convincente, pero hay sensaciones que podrían esclarecernos. La ciudad está poblada por gente inteligente, alegre, cómodamente diferente y generalmente hermosa, que desprende una energía contagiosa, imprescindible para sobrevivir durante siglos ante los obstáculos que le ha impuesto el destino.
Quizás sea porque compartimos mucha historia escrita en sus muros, calles y plazas, y ayudamos a construir el componente tangible que la define como maravilla ante los ojos del mundo. Por eso regresamos para ayudar a protegerla, porque todavía es nuestra y lo seguirá siendo, en un arranque visceral de nostalgia infinita. Ella, en retribución, nos recuerda con cariño a pesar de los pesares, nos anhela y dispensa, y nos recibe con los brazos abiertos.
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